Maisonnave 33 Coworking nació de una manera bastante natural. Resulta que teníamos un espacio vacío. Un espacio vacío no sirve para nada, pero al mismo tiempo te ofrece infinidad de posibilidades para crear proyectos, empresas, aventuras, tantas buenas cosas que ponerlas en marcha casi al mismo tiempo parecía una temeridad y rozaba lo imposible. Pero todas las grandes empresas que existen hoy en día ahora podrían recordar sus comienzos y su trayectoria y exclamar: ¡Y parecía imposible!

Es cierto que nosotras solas no podíamos, pero pensamos… “¿Y si abrimos el espacio a emprendedores? ¿Y si juntamos a un grupo de autónomos, jóvenes con grandes ideas en un ambiente agradable y casi familiar y desarrollaran sus proyectos enriqueciéndose de la experiencia y la sabiduría de los demás? ¿Y si gracias a eso nacieran proyectos nuevos colaborando entre ellos? ¿Acaso no es genial? ¿Acaso no sería estupendo para todos?”